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Salut, roses i bones lectures, companys!
Supongo que este año, debería "celebrar" Sant Jordi recordando algunos de los textos escritos por García Márquez. Recuperar algunas de las frases que puso en boca de algún miembro de la genealogía Buendía, de un naufrago, de la cándida Eréndira (o de su abuela desalmada) o de un coronel que no tenía quien le escribiese. Lo más probable sin embargo, es que hubiese rescatado de la librería, aquel libro de finales de los ochenta para intentar recuperar _ y compartir con vosotros_ las emociones que sentí al descubrir como se podía escribir la más bella historia de amor sin ser cursi.
Voy a dejar sin embargo que Florentino Ariza y Fermina Daza sigan retozando tranquilos entre las páginas de El amor en los tiempos de cólera.
Porque sí, porque prefiero que se cumpla lo que dice la viñeta de Liniers:
Perdonadme si eso se puede interpretar como egoísmo. Para que veáis que no lo soy tanto _de egoísta, quiero decir_ os dejo para Sant Jordi un cuento de otro escritor sudamericano que curiosamente, también murió hace poco. Quién sabe, a lo mejor anden ahora los dos juntos contándose historias...
Ojalá, sea así.
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